miércoles, 12 de diciembre de 2018

Cuentame un cuento que pueda ser contado / edición Otoño. 3er lugar.


Un jueves poco común


Por:

Estrada Valdez Héctor Alexis / García Navarro Jazmín Andrea / Gutiérrez Guevara Joel / Torres Zavala Brandon Daniel / Vázquez Domínguez Janeth

Corrección, edición y coautoría: Grupo de edición Trozos de Infinito.

Cavern of Sirens. Por Karezoid
Era un día jueves, bastante lluvioso y frío. Cinco amigos decidieron salir de la universidad e ir a comprar unos libros que les costaría la vida sino los conseguían. Se dirigieron hacia el centro comercial, pero tenían poco dinero y tiempo; aunque acababan de salir de la escuela, en una hora tenían clase, necesitaban viajar muy rápido; entonces uno de ellos, viendo la desesperación y el miedo que los demás tenían, decidió revelarles la verdad sobre él, una verdad que los impactaría.
            Héctor les contó que era un hombre lobo y cuando se transformaba era gigantesco, así que podría llevarlos. Todos pusieron con cara de incredulidad, era imposible. Tomó valor y decidió mostrarles su transformación. Un alarido agudo de terror los asusto a todos, incluso a Héctor a pesar de la imponente apariencia que tenía. Joel fue el que grito. Todos lo voltearon a ver.
— Disculpen, así estornudo. Dijo Joel seriamente, para tratar de disimular en vano el terror que sintió al ver la transformación.
            En realidad todos se asustaron de ver la transformación, pero después reconocieron que aunque su aspecto cambió, seguía siendo el mismo de siempre.
            Él los ayudó cargándolos y los llevó a diversas librerías que había en la ciudad, sin embargo ninguna tenía los libros que necesitaban; entonces Joel les dijo al resto que también tenía un secreto.
            — Ya los sabemos Joel, fue un grito no un estornudo, nadie se creyó lo que nos dijiste. Dijo Janeth.
            — No, no es eso. Dijo Joel con su seriedad característica. Les confesó que él venía de un mundo debajo de la tierra, que contaba con la librería más grande del mundo, todo se encontraba ahí. Comenzó a guiarlos hacia la entrada de ese nuevo mundo y  les empezó a explicar que al hacerlo se encontrarían con horrorosas criaturas  y diversos obstáculos.
            Sus amigos no  lo tomaron de buena manera, se podía notar su miedo por las cosas que podrían encontrar en ese nuevo mundo; pero sabían que no había otra manera de encontrar los libros, era su única alternativa. Por fin decidieron ir rumbo a este nuevo mundo y siguieron a Joel, quien sería su guía.
            Una vez empezado el viaje, comenzaron a toparse con cosas que jamás habían imaginado, criaturas tan grandes y espantosas que solo con verlas se quedaban aterrorizados, cuerpos y expresiones tan diferentes a lo comúnmente visto. No sabían cómo reaccionar y durante la mayoría del viaje mantuvieron esa expresión de terror en su rostro.
            Antes de llegar a la librería tuvieron un pequeño percance, Héctor estaba bastante cansado de cargar a todos,  así que pidió un descanso. Todos bajaron de su espalda y éste volvió a su forma humana. Una  vez en el suelo los chicos decidieron sentarse en unas rocas que había ahí, mientras charlaban del increíble lío en que se habían metido para poder conseguir esos dichosos libros.
De pronto el suelo empezó a temblar ligeramente y a lo lejos se oía como si algo viniera, inmediatamente se levantaron y miraron a su alrededor, estaban completamente rodeados de unos seres extraños, aproximadamente de la misma estatura que ellos pero nada que ver en apariencia a la de los humanos. El grupo de amigos quedó paralizado del miedo. Un grito agudo lleno de terror retumbo en los oídos de todos, otra vez fue Joel, no tuvieron tiempo de reaccionar. Todo se volvió oscuro.

Janeth despertó unos cuantos minutos después, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado. Volteó a su alrededor y se dio cuenta de que estaba atada y colgada de cabeza,  y al lado de ella estaban sus amigos en igualdad de circunstancias.
            Una  voz horrible y ronca empezó a hablar, diciendo una barbaridad de cosas que ellos no lograban entender; sin embargo dijo algo que les cayó como un balde de agua fría: si querían llegar a la librería y salir vivos de ahí tendrían que responder una adivinanza...
"Un plato de avellanas que de día se recogen y de noche se desparraman. ¿Qué es?".
Héctor rió ante lo tonta que era la adivinanza, pero inmediatamente se quedó callado al darse cuenta que no sabía la respuesta.
Entonces el miembro más inteligente del grupo, pensó en que sabía la respuesta y lo dijo sin titubear,
— ¡Un plato de cereal, por supuesto!, porque yo como cereal por la noche sin encender la luz, algunos se me caen al servirme y me da pereza recogerlos, y la mañana siguiente los recojo.
Obviamente esa no era la respuesta que se esperaba, así que habían quedado condenados por el aparente sabio del grupo; sin embargo, justo cuando las criaturas parecían estar a punto de atacarlos, el líder de los monstruos comenzó a reír, y el resto se detuvo de la acción que intentara hacer y lo observó,  entonces dijo,
—En realidad, es una de las dos posibles respuestas. Sólo un humano verdaderamente superdotado podría haber encontrado la segunda respuesta.
El grupo de amigos se quedó con cara de interrogante esperando que el líder de las criaturas diera la segunda respuesta, cosa que no hizo. Sin duda era algo atolondrado el líder. El resto de las criaturas comenzaron a aplaudirles y los liberaron. Los llevaron hasta la librería, pero ya estaba cerrada.
Finalmente había llegado el momento de que la última joven revelara su habilidad. Jazmín podía regresar el tiempo media hora a costo de que alguien esté dispuesto a perder su cabello.  Joel se ofreció como voluntario, pero nadie le hizo caso; después de tanto grito que dio ya nadie se tragaba su supuesta imagen de seriedad y valentía. Al mismo tiempo que Joel se ofreció Héctor, y sin chistar aceptaron su sacrificio.
Jazmín hizo lo suyo y regresaron en el tiempo, entraron a la librería, pudiendo comprar los libros necesitados. Volvieron rápidamente llevados por el ahora alopécico hombre lobo Héctor, y llegaron justo a tiempo a clases como si nada de lo acontecido en la última hora hubiera sucedido.

Lunes 15 de octubre de 2018